domingo, 30 de diciembre de 2018

Las cajas de Juanita Pérez


La presentación es importante 😊
Caja de Juanita Pérez 

Recuerdo cuando era niña, la emoción de recibir un regalo envuelto en papeles de colores, con muñequitos o brillantes colores, bonitos y con sus moños (entre más grandes mejor)

En mi primera comunión recibí un regalo de esos que hacen latir tu corazón: una enorme caja envuelta en papel blanco (de china) con unos hermanitos rezando y con listón rosa en diagonales en las esquinas. Era realmente hermoso.

¿Y qué tal en Navidad? Ver el árbol lleno de regalos era otra alegría.
Queríamos mis hermanos y yo revisar todos los regalos, adivinar qué eran, y mi mamá era nuestra cómplice.

Desde siempre me gustaron las muñecas así que salvo pocas navidades en las que pedí una casa de muñecas con elevador para reponer  alguna que  tuve (triste historia que pospondré para después) otra que pedí un tocador con peluca, espejo y muchas chucherías y una más donde escribí que quería una bicicleta y obtuve una hermosa de color verde, la cuál  disfruté muchos años, siempre pedía muñecas.

Es fácil aun recordar esa emoción de las mañanas del 25 de diciembre en las que bajaba al árbol y encontraba muñecas, especialmente una en que la niña medía lo que yo o quizá un poco menos,  pues estaba tan grande que para moverla la abrazaba. Vestía gabardina con la orilla de los botones con rayitas rojas, sombrero con rayitas rojas por dentro y botas amarillas. Es de la marca Lili Ledy de la serie caminadoras que también hablaba al jalarle un cordón en la espalda.
Recuerdo también la Navidad en que llegó  una  bebé  que con su música de cuerda se movía y arrullaba… Traía un hermoso vestido azul que después reemplacé con uno de  franela amarillo.  Tema para otra entrada pues ambas muñecas aun están conmigo.
En día de Reyes era algo mas simple, sencillo.


Procuraba cuidar las cajas, abrirlas con cuidado para que no  se rompieran aunque al final siempre desaparecían para luego enterarme que las habían tirado porque estorbaban o quitaban espacio.
Aprendí a o no quedarme con ellas.
Hace unos años, cuando empezaba a retomar la búsqueda de muñecas, me ofrecieron una Titti de Lili en su caja y no la quise… ¿para qué? Y así seguí, negándome, además en este caso, tenía la que mi hermana me regaló porque a ella le regalaron otra.
Empezaron a llegar algunas muñecas en caja poco a poco a mi colección y fui descubriendo el valor que como coleccionista pueden tener: es un plus.
Así fue que aparecieron cajas (pocas en realidad) de Anita Pérez, Rosita, Manolín y por supuesto de Juanita Pérez, de ella tengo dos tipos, una estilo caja de zapatos y otra que parece de regalo y bueno,  la reciente pues  en la actualidad también tiene una linda caja. Sé que también hay cajas transparentes con sus nombres grabados.
Encontrarlas es difícil y en buen estado casi imposible, sin contar que por ese hecho te las quieren vender como piezas únicas en el planeta.


Aquí muestro algunas cajas en las que venían los muñecos Pérez y la caja de la Juanita actual. 

Juanita Pérez en su caja actual con la facilidad de poder verla.
Caja de Manolín Pérez del estilo a la de unos zapatos.

Un poco maltratada con el paso del tiempo.  Esta caja pertenece a Rosita Pérez.

Caja de Anita Pérez
Y aún hoy en día causa emoción cuando buscas en internet lo que quieres, lo encuentras y esperas que llegue el paquete a casa...
Bien empacada, sin papeles hermosos ni moños...

Aun escrito a lápiz el posible nombre de su dueña anterior u original

Como cuando llegaba Santa  :)



4 comentarios:

  1. Que increíble!! Padrisima sensacion!

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  2. Maru, claro que la presentación es importante, es un sentimiento indescriptible abrir un paquete bonito. Yo recuerdo perfectamente cómo llegó a mí mi Nancy de la infancia, en qué caa venía y todo...
    Preciosa entrada y fotos.

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